La razón por la que cuatro migrantes demandaron a Trump, uno de ellos es venezolano

Jhoan Melendez
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Trump

Cuatro migrantes en EEUU, entre ellos un venezolano, junto a la organización CASA, han interpuesto una demanda contra el presidente Donald Trump, por lo que califican como «un patrón de detenciones ilegales» en Washington.

En la querella, presentada el pasado jueves en un tribunal del Distrito de Columbia, denunciaron que, desde el 11 de agosto, se han multiplicado los casos de detenciones y deportaciones. Esto, sin que haya una orden judicial para justificarla.

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El principal demandante de los cuatro migrantes es un salvadoreño de nombre José Escobar Molina, de 47 años. Lo arrestaron pese a que su estatus migratorio era válido. El hombre reside en EEUU desde 2001 y cuenta con un permiso del TPS.

El 21 de agosto, cuando salía de su edificio para ir al trabajo, dos vehículos se detuvieron junto a él y lo aprehendieron. Lo arrestaron sin una orden judicial y sin preguntarle cuál era su nombre ni nada por el estilo.

«Pasó la noche en una celda estrecha con otras 75 personas, sin poder dormir, con solo una comida en esas 24 horas. A la mañana siguiente, un supervisor amable se dio cuenta de que nunca debió haber sido detenido, ya que tenía un estatus migratorio válido, y fue liberado. Ese impacto aún lo acompaña. Aún siente dolor físico por cómo los oficiales lo sujetaron mientras les suplicaba. Aún tiene pesadillas y teme por sus hijos ciudadanos, porque se parecen a él, y podría sucederles a ellos también», narró Austin Rose, abogado de los demandantes.

EL VENEZOLANO, DETENIDO CUANDO HACÍA COMPRAS CON SU ESPOSA

De acuerdo con El País, los cuatro migrantes fueron detenidos a pesar de contar con sus permisos en orden. Uno de ellos, un venezolano identificado por sus iniciales N.S., quedó bajo arresto cuando salía de hacer compras con su esposa.

Al criollo de 51 años, con una petición de asilo pendiente, lo trasladaron a distintos centros en el mes que estuvo detenido. Su detención dejó «un impacto devastador en él y su familia», señaló el abogado Rose.

«No es insignificante ni fugaz. Es permanente. Y además de ilegal, es inhumano y despreciable, y por eso debe terminar», concluyó.

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