Lo que parecía una mañana común en Reseda, en Los Ángeles (EEUU), se convirtió en una pesadilla para Benjamín Marcelo Guerrero Cruz, un joven estudiante chileno de 18 años que salió a pasear a su perro y terminó bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la información reseñada por Los Angeles Times, el arresto del estudiante ocurrió el pasado 8 de agosto, cuando agentes encapuchados interceptaron al adolescente en plena vía pública.
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Según denuncias de su familia, los oficiales ataron al perro a un árbol y lo soltaron en el tráfico antes de llevarse al joven, sin dar explicaciones inmediatas.
Benjamín había ingresado a EEUU bajo el Programa de Exención de Visa (Visa Waiver), que permite estancias de hasta 90 días sin necesidad de visa.
Sin embargo, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) confirmó que el joven permaneció en el país más de dos años después de la fecha límite, lo que constituye una violación del acuerdo migratorio.
Así las autoridades defendieron la «legalidad del arresto», mientras que la familia del joven denunció un trato humillante y burlas por parte de los agentes, quienes supuestamente comentaron que “gracias a él podrían beber ese fin de semana” y que habían ganado “US$2500” por su captura.
La detención de Benjamín ha generado una ola de solidaridad en su comunidad. Compañeros de la preparatoria Reseda High School, donde cursaba su último año, describieron al joven como un estudiante responsable, amable y comprometido con el bienestar de sus hermanos menores.
En redes sociales y plataformas como GoFundMe, se han iniciado campañas para apoyar a su familia con los gastos legales, manutención y posibles costos de reubicación.
En tanto, la madre del joven, también en situación migratoria irregular, ha evitado salir de casa por temor a ser detenida.

NO LO DEJABAN NI BAÑARSE
De acuerdo con lo informado por la maestra de inglés Lizette Becerra al medio Newsweek y al programa Primer Impacto, durante los primeros siete días de cautiverio, Guerrero Cruz permaneció con la misma vestimenta y sin posibilidad de asearse.
Detalló, que al momento de ser privado de su libertad –por presunta equivocación– llevaba únicamente unas bermudas de pijama y sandalias, ropa que debió usar durante toda la semana.
Según relató la maestra, el estudiante tampoco pudo cepillarse los dientes ni bañarse, y su descanso se vio afectado al tener que dormir junto a un inodoro, levantándose cada vez que otros internos necesitaban utilizarlo
No fue sino hasta el sábado de la semana siguiente cuando las autoridades le autorizaron finalmente asearse y recibir ropa limpia. De acuerdo con el testimonio de la docente, el joven manifestó además que durante ese periodo sufrió una notoria pérdida de peso.
La maestra también precisó que la detención se produjo hace aproximadamente dos semanas, y señaló que ella pudo visitarlo en el centro donde permanece recluido. Dijo, que desde su arresto, Guerrero Cruz ha sido trasladado por distintas instalaciones del área de Los Ángeles antes de llegar a su actual confinamiento en Adelanto Detention Facility, ubicada a las afueras de Victorville, donde espera por su posible deportación a Chile o el pago de una fianza para que regrese a clase, mientras se aclara su situación jurídica y migratoria.