El sueño americano del migrante venezolano Jonferson Valera Yamarte se convirtió en una pesadilla cuando agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) arrestaron en marzo a su hermano Mervin y tres amigos en Dallas.
De acuerdo con lo reseñado por El Nuevo Herald, Jonferson, quien había llegado a EEUU el año anterior, presenció con horror la operación federal que terminó con la deportación de sus seres queridos a la conocida prisión de máxima seguridad en El Salvador.
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Asustado por su propio destino, decidió ocultarse en Texas, evitando el radar de las autoridades migratorias y viviendo en un estado de constante incertidumbre.
Los meses de esconderse en la sombra fueron emocionalmente agotadores. La deportación de su hermano lo llevó a reconsiderar su futuro en un país donde la persecución a migrantes se intensifica día a día.
En medio del temor y la desesperanza, tomó la difícil decisión de abandonar Estados Unidos. Lo más sorprendente, huir a Venezuela, un país que había dejado atrás en busca de mejores oportunidades.
Su partida no fue fácil. Estuvo marcada por el riesgo de ser detectado en el trayecto y la angustia de lo que le esperaba en su país natal.
“Es la primera vez que me alejo de ella y creo que será la última”, dijo Yamarte. Lo expresó abrazando a su madre, Mercedes, pocos minutos después de ser recibido con abrazos, lágrimas y una lluvia de espuma de celebración. Todo eso ocurrió en el barrio de Los Pescadores en Maracaibo, en el estado Zulia.
EL REGRESO DE JONFERSON
De acuerdo con el medio mencionado, Yamarte, de 21 años, voló de México a Caracas el jueves en un avión que formó parte del plan oficial de repatriación del chavismo “Retorno a la Patria”. Luego viajó por tierra a Maracaibo.
Bajó de un vehículo militar sonriendo después de las 7 a.m. del sábado, antes de que su vecindario estallara de alegría.
Dijo que tiene presente las grandes dificultades en Venezuela desde el plano económico. Sin embargo, luego de meses de vivir en el anonimato en Texas, reencontrarse con sus seres queridos le devolvió la sensación de seguridad que había perdido.
“Me fui de allí para no pasar por lo mismo (de mi hermano). Iban a venir por mí”, dijo. “Trabajaba con miedo, iba a jugar al fútbol con miedo, caminaba por las calles con miedo, como si me persiguieran”, sostuvo.
En tanto, su madre manifestó estar contenta, mientras tanto, porque dos de sus cuatro hijos que emigraron a EEUU ya están de vuelta viviendo con ella en Los Pescadores. Espera que Mervin y otro de sus hijos se unan pronto a ellos.
