Este martes, 11 de marzo, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) llevó a cabo una serie de redadas en diversas localidades de EEUU, como parte de sus operativos para identificar y detener a migrantes en situación irregular.
Entre los casos destacados, tres migrantes venezolanos fueron arrestados en Albuquerque, Nuevo México.
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Los detenidos, identificados como Maikol Ramos, Antoni Herrera y Cristhian Ortega-López, enfrentan cargos relacionados con posesión de armas.
Según los informes, Ramos tenía en su poder un arma de fuego junto con 19 rondas de municiones, mientras que Ortega-López es sospechoso de estar afiliado con el grupo delictivo conocido como el Tren de Aragua.
Estos casos han puesto de manifiesto las complejidades legales y sociales que enfrentan los migrantes en Estados Unidos.
Las redadas del 11 de marzo no se limitaron a Albuquerque. ICE reportó detenciones de migrantes provenientes de diversas nacionalidades, incluyendo México, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Haití y Canadá.
Este operativo forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de las autoridades para intensificar las deportaciones y reforzar las políticas de control migratorio bajo la actual administración.
La comunidad migrante y organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto de estas redadas en las familias y comunidades.
Argumentan que estas acciones generan un clima de miedo y desconfianza, dificultando la integración y el acceso a servicios esenciales para los migrantes.
Además, han instado a las autoridades a considerar enfoques más humanitarios y menos punitivos en la gestión de la migración.