El presidente de EEUU, Donald Trump, decidió no deportar al príncipe Harry, a pesar de la polémica en torno a su estatus migratorio.
En una entrevista con The New York Post, Trump afirmó que «lo dejará en paz» y que «ya tiene suficientes problemas con su mujer».
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Como se sabe, esta declaración se produce en medio de las masivas deportaciones de migrantes que ha impulsado su administración.
La controversia comenzó cuando el duque de Sussex reveló en su libro «Spare» que había consumido drogas en el pasado, lo que puso en duda la veracidad de su solicitud de visa.
Trump había amenazado previamente con tomar medidas en su contra si se comprobaba que había mentido, pero parece haber cambiado de opinión.
«No quiero hacer eso», dijo Trump, refiriéndose a la posible deportación de Harry.
Trump aprovechó la ocasión para criticar nuevamente a Meghan Markle, esposa de Harry, calificándola de «terrible» y reiterando su desaprobación hacia su matrimonio.
«Ella es terrible», añadió Trump, quien ha sido crítico de Meghan en varias ocasiones anteriores.
A pesar de su postura, Trump elogió al hermano mayor de Harry, el príncipe William, con quien se reunió en París durante la reapertura de la catedral de Notre-Dame.
«Creo que es un gran joven», comentó Trump sobre William.
Mientras tanto, Harry y Meghan continúan su vida en California, alejados de la familia real británica. A pesar de los rumores de crisis y separación, los Sussex han sido vistos juntos en varias ocasiones recientes, desmintiendo cualquier especulación sobre su relación.
