El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) liberó hasta el 6 % de los migrantes detenidos en las redadas realizadas bajo la administración de Donald Trump, debido a la falta de espacio en los centros de detención e improbabilidad de deportarlos en el futuro.
Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, más de 8.000 personas han sido detenidas por las autoridades migratorias, de las cuales 461 han sido liberadas.
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La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que esta medida se ha tomado para aliviar la sobrecarga en los centros de detención. Aseveró que estaban operando al 109 % de su capacidad.
Leavitt también destacó que muchos de los migrantes liberados están impugnando su estatus migratorio y que no se le ha concedido la libertad a alguien con una orden final de deportación.
La liberación de estos migrantes se ha realizado bajo el programa de Alternativas a la Detención (ATD), que permite rastrearlos con monitores de tobillo o pulseras, o a través de controles telefónicos con GPS.
Este programa busca asegurar que los migrantes sigan siendo monitoreados, mientras avanzan sus casos en los tribunales de inmigración.
La administración Trump ha pedido al Congreso que aumente la financiación de la Patrulla Fronteriza y que ICE amplíe su capacidad de detención para poder deportar y detener a más migrantes ilegales.
En tanto, el ICE ha priorizado la detención de migrantes considerados una amenaza para la seguridad pública y permite a los oficiales usar su discreción para liberar a aquellos que no tienen condenas penales graves.
Hasta el momento, se afirmó que no se han registrado liberaciones de individuos condenados por delitos graves bajo la administración Trump.