El trágico tiroteo ocurrido en la escuela Abundant Life Christian School en Madison, Wisconsin (EEUU), ha dejado a la comunidad en estado de shock y luto. Las víctimas han sido identificadas como Rubi Patricia Vergara, una estudiante latina de 14 años, y Erin M. West, una maestra de 42 años.
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El médico forense del condado de Dane confirmó sus identidades, por medio de un comunicado de prensa, difundido este miércoles por la noche.
La escuela, en una declaración separada dijo: «Nuestros corazones están apesadumbrados por estas pérdidas».
Ambas perdieron la vida en el lugar del incidente, que tuvo lugar el pasado lunes alrededor de las 11:00 de la mañana durante una sesión de estudio.
Rubi Vergara, hija de Vicente y Jennifer Vergara, era una estudiante destacada y muy querida en la escuela.
Descrita como una ávida lectora y amante del arte, la música y los animales, Rubi participaba activamente en la banda de adoración familiar y era conocida por su amor por Jesús y su dedicación al voluntariado.
Su pérdida ha dejado un vacío profundo entre sus compañeros y maestros, quienes la recordarán por su espíritu generoso y talento artístico.
Erin West, por su parte, era una maestra dedicada que había trabajado como coordinadora de maestros sustitutos en la escuela durante tres años antes de asumir un rol de tiempo completo.
Conocida por su amor por la enseñanza y capacidad para conectar con los estudiantes, Erin era una figura central en la comunidad escolar. Sus colegas y amigos la describen como una persona amable y devota, cuya presencia iluminaba la vida de quienes la rodeaban.
El tiroteo, perpetrado por una estudiante de 15 años identificada como Natalie Rupnow, quien luego se quitó la vida, también dejó a seis personas heridas. Dos de ellas se encuentran en estado crítico.
Este miércoles trascendió que un hombre de California fue detenido por el FBI y se ordenó que le confiscaran temporalmente sus armas. Esto, después de que supuestamente se comunicara con Rupnow, según muestran los documentos citados por NBC News.
La comunidad de Madison se ha unido en el dolor y la solidaridad, organizando vigilias y ofreciendo apoyo a las familias afectadas.
Este trágico evento ha resaltado una vez más la necesidad de abordar la violencia en las escuelas y de brindar un entorno seguro para todos los estudiantes y el personal. También ha intensificado el debate sobre el porte de armas en EEUU.
