En un impactante caso de explotación infantil, seis miembros de una secta con sede en Kansas (EEUU) fueron hallados culpables de obligar a niños a trabajar jornadas de hasta 16 horas y sin remuneración.
De acuerdo con lo reseñado por Telemundo, los acusados, vinculados a la organización anteriormente conocida como la Nación Unida del Islam y los Creadores de Valores, enfrentan cargos de conspiración para cometer trabajos forzados.
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Este veredicto llegó tras un juicio de 26 días. Luego de que de revelaran, en el mismo, las condiciones inhumanas a las que eran sometidos los menores.
Las víctimas, algunas de tan solo ocho años, eran alojadas en instalaciones hacinadas e infestadas de roedores. Además de las largas jornadas laborales, los niños sufrían golpizas y restricciones dietéticas severas.
En uno de los testimonios más desgarradores, se describió cómo un niño fue sujetado boca abajo sobre las vías de un tren. Todo, por no admitir haber robado comida cuando tenía hambre.
Otro menor tuvo que recurrir a beber agua de un inodoro, debido a la sed extrema.
La secta, liderada por el difunto Royall Jenkins, operaba bajo la premisa de enseñar habilidades de vida y educación a sus miembros.
Sin embargo, la organización explotaba a niños en una amplia red de negocios que abarcaba desde gasolineras hasta panaderías y restaurantes, extendiéndose a varios estados.
Lo que se precisó, es que los padres fueron alentados a enviar a sus hijos a una escuela sin licencia en Kansas City. En ese sitio, en lugar de recibir una educación adecuada, eran obligados a trabajar.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos destacó la gravedad de estos crímenes, subrayando el compromiso de la institución para llevar a los traficantes de personas ante la justicia.
LOS NIÑOS SOPORTARON CONDICIONES “ABORRECIBLES”
Stephen Cyrus, agente especial del FBI, afirmó que las víctimas soportaron condiciones aborrecibles bajo pretextos y coacción. Indicó que este caso puso de relieve la necesidad de una vigilancia continua y estricta para proteger a los menores de tales abusos.
«Bajo el disfraz de falsos pretextos y coacción, estas víctimas, algunas de las cuales tenían solo ocho años, soportaron condiciones inhumanas y aborrecibles», afirmó por escrito Cyrus.