La Defensoría del Pueblo de Panamá dijo el jueves que la repatriación de migrantes irregulares «tienen que ser voluntarias», mientras que el gobierno panameño implementa medidas para frenar el flujo migratorio por la selva del Darién.
El gobierno de José Raúl Mulino cerró tres pasos por el Darién y confirmó que avanzará en repatriaciones de migrantes irregulares. Sin embargo, el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, dijo que deben respetar los derechos humanos en el proceso.
«Las repatriaciones tienen que ser voluntarias, no pueden ser forzosas. A las personas se les tiene que dar la oportunidad de continuar, de pedir refugio. Porque puede ser que sean perseguidas políticamente», dijo a la cadena panameña EcoTV.
Leblanc recordó que hay casos particulares entre los migrantes y no se puede obligar a que regresen a sus países de origen. Además, precisó que el 20% de las personas que cruzan el Darién son menores de edad, quienes no pueden ser detenidos o encarcelados.
«TE ENCARCELAN POR PENSAR DISTINTO»
El defensor del Pueblo sostuvo que el gobierno panameño debe evaluar el país de procedencia de los migrantes. En tal sentido, indicó que algunos vienen de territorios donde te «encarcelan por pensar distinto» o «ejercer el periodismo».
El presidente Mulino aclaró que con estas medidas buscan frenar la crisis migratoria en el Darién. «Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. Nuestro país no va a seguir tolerando esto de forma pasiva como hasta ahora», dijo.
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Por su parte, Estados Unidos firmó hace pocos días un acuerdo con Panamá para hacer frente a la crisis migratoria en la zona. El programa contará con seis millones de dólares para repatriar migrantes y atender la situación humanitaria.
En lo que va de año, más de 200.000 migrantes cruzaron el Darién para llegar hasta Estados Unidos. Las autoridades indicaron que el 64% eran venezolanos y que más de 30.000 eran niños o adolescentes.