Por María Laura García
Correr es una pasión y al mismo tiempo una bendición para aquellos que nos divertimos con esta práctica deportiva. ¿Por qué una bendición? Porque nos permite retarnos y vencernos a nosotros mismos, para después sentirnos super poderosos e hincharnos de satisfacción cuando logramos cruzar la meta, algunas veces mejor u otras no tanto, pero siempre aplastando a nuestros peores enemigos, “los internos”.
Qué maravilla, que miles de venezolanos y latinoamericanos, cada año, tengamos la oportunidad de hacerlo en el Maratón y Media Maratón CAF (@maratoncaf). Una fiesta deportiva que nos regala el poder correr libremente por toda Caracas.
Una fiesta deportiva que nos hace disfrutar a todos, los que llenamos las vías a fuerza de voluntad, corriendo, y a los que salen a las calles a apoyar a los que anhela llegar a la meta de la mejor manera.
Dicen que los corredores de larga distancia nos dicen locos, y quizás sea cierto, lo que si les puedo asegurar es que muchos tienen la voluntad y la disciplina como para lograr cualquier cosa que se propongan, así que, cuando vean a uno, pregúntenle ¿Qué crees que es lo que te hace perseverar y nos desmayar? ¿Qué puedo hacer yo para lograrlo?
La pasión, la entrega, la resistencia y voluntad son infaltables nos sólo para recorrer 21 o 42 kilómetros, sino también para vivir de la mejor manera en este país y/o en este mundo, como lo digo siempre, la existencia es una carrera de largo aliento, el que sale airoso es aquel cuya resistencia es inquebrantable. Así que, nunca dejen de entrenar diariamente para cuando les toque partir de este mundo, lo hagan con una gran sonrisa en los labios, así como lo hace un maratón al cruzar la meta.
¡Logrado! #MaratonCAF pic.twitter.com/esjxozYFSL
— María Laura García (@atusaludenlinea) March 17, 2024
Todos los años escribo esto…
Estoy segura que muchos de los participantes de esta octava edición de Maratón CAF 2024 coincidirán conmigo, y sentirán que si el país funcionara bajo los esquemas de excelencia bajo los cuales se lleva a cabo este evento deportivo, anualmente, si es posible la construcción de un país mejor, ese territorio lleno de oportunidades que todos anhelamos.
La madera y la sabia están, sin duda alguna en cada uno de los más de 5.000 participantes, nacionales y extranjeros, que se sumaron a esta gesta atlética y los organizadores, pues son los que a la final necesitamos para encargarse de coordinar los destinos de nuestras querida Venezuela. Allí está la clave, precisamente en la capacidad, honestidad, preparación y formación que debe poseer como características esenciales cualquier persona que pretenda ejercer cualquier cargo de responsabilidad colectiva.
Los venezolanos y latinoamericanos tenemos la madera, pero el liderazgo tiene que formarse o actuar para ganarse la responsabilidad de encaminar los destinos del país (“meritocracia”). Amigos, insisto en que la madera está porque la vida es como un maratón y esto no lo digo solamente yo. La vida, al igual que un maratón requiere de preparación, asesoramiento, entrenamiento, resistencia, voluntad, perseverancia y muchos kilómetros andados para ganar la experiencia para poder vivirla dignamente y trabajar de la misma forma para los demás.
Sin duda, un maratonista tiene las herramientas humanas para salir airoso en lo que se proponga, por tanto, todos los venezolanos deberían enfrentar su realidad como si lo fueran. Ovaciono de pie, a todos los que corrieron este domingo 17 de marzo y los invito a contagiar a todos los que tienen a su alrededor y motivarlos a entender que… “SI SE PUEDE”, pero tenemos que actuar y ser protagonistas.
Yo el domingo, viéndolos correr y sintiendo su energía, me llenaba de esperanzas, sabiendo que si es posible lograr nuestro sueño de una #VENEZUELAVIVIBLE. Ustedes trasmitían felicidad, salud y plenitud, por tanto, enfóquense en hacer que los que están a su alrededor, vivan la vida bajo su visión, misión y valores.
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Uds. fueron capaces durante meses, de fortalecer su cuerpo y por sobre todo su espíritu para cumplir una meta, entonces ahora hagan que su nuevo objetivo sea Venezuela.
Siembren esa esperanza que mantuvieron viva durante el recorrido de que cruzarían la meta en su entorno, y tarde o temprano, Dios que escribe derecho, entre líneas bien torcidas, nos conducirá a un puerto seguro: un territorio sin divisiones, aunque pensemos distinto, lleno de salud, progreso, abundancia y oportunidades.
Y a los que no corren, vivan la vida, como lo hace un corredor cuando entrena: fiel a sus corazones, con disciplina, con pasión, cuidando de sí mismo y de su salud, enfocados en la meta más cuidando siempre el avanzar; y seguramente su futuro apuntará a la excelencia o, al menos, sin duda, serán unos mejores seres humanos.
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