El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intenta impulsar un nuevo acuerdo bipartidista para abordar la compleja crisis migratoria en ese país y, en caso de concretarse, se traduciría en más fondos para atender la situación y a su vez, devendría en el incremento de agentes y un mayor apoyo para las ciudades que acogen no solo a los venezolanos, sino también a ciudadanos de otras nacionalidades.
En caso de que el nuevo acuerdo bipartidista salga adelante, este vendrá con varias medidas. Una de ellas es que se destinarán unos $ 20.000 millones a la seguridad fronteriza. Asimismo, habrá 1.500 nuevos agentes en la Oficina de Adunas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
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Adicionalmente, habrá 4.300 oficiales de asilo nuevos y se designarán 100 jueces de inmigración más. Además, los centros de detención de migrantes podrán albergar a unos 50.000 extranjeros.
En cuanto al envío de fondos a ciudades y estados que albergan y apoyan a migrantes, recibirán unos $ 1.400.000.000 para su atención.
Para que ello se consume, las condiciones deben quedar estipuladas en un proyecto de ley que debe venir con un acuerdo bipartidista. Para esto, Biden se mostró dispuesto a reunirse con su predecesor y rival por la Casa Blanca, Donald Trump, y así negociar los términos.
FALLIDO PRIMER INTENTO
Cabe recordar que antes de esta intención, ya había fracasado un proyecto de ley que se buscó impulsar bajo acuerdo bipartidista. Después de ello y tras una visita a la frontera de Texas, a donde también asistió Trump para reunirse con el gobernador Greg Abbott, pero en otro punto limítrofe, Biden espera que ahora sí pueda llegar a un convenio con el exmandatario.
Este primer paquete de medidas incluía, entre ellas, la modificación de las condiciones de asilo, reseñó El Tiempo. Sin embargo, no triunfó por falta de apoyo de Trump.
En la actualidad, la crisis migratoria es un tema álgido y se centra como el de mayor preocupación en la agenda estadounidense. La razón es el repunte de cruces ilegales en la frontera, lo cual angustia cada vez más a los ciudadanos norteamericanos. Es por ello que ambos candidatos lo usan como política electoral de cara a los comicios de noviembre.
