La Alcaldía de Nueva York, Estados Unidos, impuso un toque de queda en cuatro refugios migratorios de la ciudad. La medida afecta a unos 1.900 migrantes, los cuales tendrán horarios restringidos para entrar o salir de las instalaciones.
La decisión del alcalde Eric Adams se da después de varias denuncias de robos en tiendas cercanas a los refugios. Asimismo, hay reportes de migrantes pidiendo limosna en las calles o tocando puertas en los vecindarios.
Los refugios afectados son los ubicados en la 35 Avenida Astoria y Judo, el Lincoln Manhattan, el JFK Respite Center en Queens y el Stockton en Brooklyn. Tendrán un toque de queda de 11 de la noche a 6 de la mañana.
La Voz de América indicó que las autoridades están considerando implementar el toque de queda en los 200 refugios que hay en la ciudad. Además, dijeron que habrá permisos de movilidad para quienes tengan trabajo, viajes o citas médicas.
«Esta no es la primera vez que tenemos toques de queda en el sistema. Durante el verano tuvimos en varias zonas, esto no es nada nuevo. Es algo que hemos hecho en el pasado», dijo Zach Iscol, comisionado de la oficina de manejo de emergencia de la ciudad.
MIGRANTES MOLESTOS
La medida no caló bien entre los migrantes de estos albergues. El venezolano Óscar Pérez le dijo a la Voz de América que era una medida «desproporcionada» y exhortó a las autoridades a levantar el toque de queda.
«Aquellos migrantes que ya tienen sus permisos en regla, sus permisos de trabajo, y ya se encuentran laborando, pues se les hace complicado porque normalmente hay muchos horarios que empiezan a las 2 o 4 de la mañana», contó.
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Pérez aseguró que para los migrantes «es muy difícil» adaptarse al toque de queda. «No se va a poder descansar», sostuvo el venezolano.
Ante la llegada de decenas de miles de migrantes irregulares, la Alcaldía dice que enfrenta una crisis y pide recursos federales para atender la situación. Mientras tanto, puso en marcha un programa para expulsar inmigrantes.